¿Qué me
motiva a escribir este escueto mensaje? Algunos incidentes con gente que,
desafortunadamente, abunda en este nuestro surrealista país. En la actualidad,
los mexicanos (la mayoría) se pavonean de tener raíces prehispánicas. Nos gusta
presumir nuestro mestizaje, decir que nuestras cualidades vienen de los
‘aztecas’ y que nuestros defectos vienen de los españoles. Muchos de los que
así se expresan niegan rotundamente ser partícipes de cualquier forma de racismo.
Pero la
realidad es clara. Todavía hoy fluye el desdén hacia lo originario. Sin
mencionar el evidente acoso que las personas sufren cuando hablan en sus
distintas lenguas, el racismo al lenguaje que existe se demuestra de varias
formas:
- Cuando
alguien, empresa o persona, utiliza palabras en inglés u otro idioma extranjero
sus negocios, le decimos “aquí nuestro idioma es el español”. ¡Vaya mentira! El
español también es una lengua extranjera. Pero, a casi nadie le interesa
aprender un idioma originario, porque mucha gente (en palabras textuales que he
recopilado de conversaciones) le ve “poca o ninguna utilidad”. Se piensa que
eso es asunto de cada comunidad, que ellos deben preservar su lengua. Poca, muy
poca gente en México de verdad quiere conocer un idioma originario.
- Y sí,
son idiomas, NO son dialectos. Ésa es precisamente otra forma de racismo. Los
paisanos dicen “dialectos”, muchas veces sin saber el significado de la
palabra, para referirse a las lenguas de las comunidades originarias de México.
A menudo la gente piensa que el nahuatl, el purépecha, el maya, etc., “no
llegan a la categoría de idioma”. Yo incluso recuerdo que, en la escuela
primaria, una maestra nos enseñó que las lenguas originarias mexicanas “son
dialectos, no idiomas”.
- Otra
cuestión que también es importante mencionar, es el desdén que sufrimos los que
nos dedicamos a enseñar idiomas originarios. Y los profesores no me dejarán
mentir. Muchas personas han llegado entusiasmadas a preguntarme sobre las
clases de nahuatl, y en cuanto menciono que tienen costo, su entusiasmo se
esfuma. Las siguientes son respuestas reales que me han enviado a mí o a algunos colegas en foros de internet: “¿Cobras? No lo sabía. Déjame checar y te
aviso... (jamás regresan)”, “yo pensé que eran clases gratis…”, “¿Por qué cobran? yo estoy en un lugar que es
gratis”, “deberías dar las clases gratis”, “¿No me haces un descuento?” o “me
parece algo caro”.
Algunas
instituciones que me han buscado también solicitaban que diera clases, pero sin
paga: “Es que no tenemos recursos para pagarle, pero en vista de su buena
voluntad, queríamos ver si nos regala una hora (diaria) de su valioso tiempo”.
En alguna ocasión una escuela me pidió dar conferencias sobre lengua y cultura
nahuatl. Dijeron “si quieres te pagamos, tú dinos”. Cuando dije que sí (ni siquiera dije cuánto), un
maestro me comentó: “no podemos, es que en la escuela no tenemos nada de dinero”.
La más reciente: hace un par de meses se solicitó un espacio en un centro comunitario de Querétaro, para poder ofrecer clases de nahuatl en la ciudad, dado que ahí no existe oferta del idioma. La respuesta del centro cultural (Gómez Morín para los que conocen Querétaro) fue negativa. Tardaron 2 semanas en dar la respuesta (cuando debieron ser 3 días). Se volvió a hacer la solicitud con las correcciones necesarias, y jamás se tuvo respuesta. Curioso que en ese mismo centro, se ofrecen clases de inglés, alemán, italiano, etc. y hasta prestaron un espacio para exponer "fotos de objetos de tortura", que no sabemos si sea algo muy cultural. Pero al nahuatl le hicieron el feo.
En
algunas otras ocasiones, a la gente se le hace muy caro lo que pedimos.
Recopilando información, estos son algunos costos de clases de nahuatl, otomí o
mixteco que usted puede encontrar en internet: $200, $250, $300, $500 mensuales.
Y a la gente se le hace caro. Un mes de clases de inglés, francés, alemán,
etc., cuesta entre $700, $1200, $1300, $2000 o más mensualmente. Y si son clases
particulares mejor ni hablamos; ahí se cobra por hora, lo que un profesor de
lenguas originarias cobra por mes. ¿Por qué aprender idiomas originarios debe
ser mucho más barato que aprender otros idiomas?
Algunos contestan a esto: “Es
que aprender idiomas europeos te ayuda a tener trabajo, y los idiomas de aquí
no tienen esa utilidad”. Al respecto me gustaría decir que, si alguien se
prepara bastante bien en un idioma originario, puede conseguir trabajo
en algunas áreas importantes: investigación, docencia, traducción de documentos,
intérpretes (hay deficiencia de ellos en México), e instituciones gubernamentales,
donde se necesitan funcionarios que puedan comunicarse con los indígenas en su
propio idioma.
Habiendo
dicho lo anterior, la disparidad de precios resulta una muestra clara de
racismo de lenguaje. La oferta y demanda determinan nuestros precios. Si
cobráramos lo mismo que se cobra por clases de idiomas europeos, muy poca
gente, aun menos de la que tenemos, decidiría estudiar nahuatl u otra lengua. A
las personas les ofende que les cobremos “tanto”, pero no les molesta pagar 5, 6,
7 o hasta 8 veces más por clases de otros idiomas.
No
escribo esto por codicia, lo hago para que se reflexione un poco esta
situación. Si vamos con la bandera del nacionalismo, con el estandarte de la igualdad,
deberíamos ser congruentes con acciones como esta. Nuestros profesores de
idiomas, que también son gente preparada y que estudia mucho, merecen un pago
justo por su trabajo. Lo que ellos enseñan no son idiomas “de segunda”, sino
que dan verdaderas lecciones de idiomas y también de cultura de nuestros
pueblos originarios, algo que en este país hace mucha falta.
- Achcauhtli. Nahui tecpatl xihuitl. 2016