lunes, 20 de junio de 2016

Sacrificios humanos en Mesoamérica. ¿Existieron?

Si alguien de los que lee esta nota ha ido a un grupo de estos, sabrá a que me refiero. Y antes de seguir, quiero aclarar que no es mi intención ofender ni molestar a nadie, todo lo expuesto en este breve artículo está basado en códices, en fundamentos reales, no voy a inventar absolutamente nada.

¿Realmente los mexihcah sacrificaron humanos? ¿Es cierto eso de que se comían a los prisioneros de guerra? ¿Los sacrificios eran ofrecidos al sol? ¿Los sacrificados incluían mujeres y niños? La respuesta a todas estas preguntas es sí, sí rotundamente. Existen evidencias arqueológicas irrefutables e incluso la ciencia moderna ha confirmado que sí se puede extraer un corazón con un cuchillo de obsidiana. Hay hasta códices donde se ve claramente cómo un sacerdote está abriendo un cuerpo con su tecpatl para extraer el corazón del cautivo. (Códice Laud, página 8)

En Mesoamérica los sacrificios humanos existieron desde los olmecas, quienes fueron la primera civilización establecida. Para ponernos en contexto mundial, en Grecia, Roma, otras ciudades de Europa habitadas por vikingos, Medio Oriente, Japón y África también practicaron este ritual, eso está demostrado. Nuestros antepasados mesoamericanos no fueron ni los primeros, ni los únicos que hicieron sacrificios humanos. Además, nótese de qué culturas estamos hablando: griegos y romanos, vikingos y hasta japoneses. Ellos también eran (y son) gente muy culta y avanzada, y también realizaban sacrificios humanos!

¿Por qué se hacían sacrificios humanos?
Los sacrificios tenían diferentes motivos, pero todos en aras del progreso. Primeramente, los sacrificios eran hechos para atraer lluvias, mejorar las cosechas del año, traer prosperidad, alimentos, protección, y, sobre todo, tener felices a los dioses. La mayoría de los sacrificados de hecho, aceptaban esta muerte, ya que eso les garantizaba ir al Ichantzinco Tonatiuh (La Casa del Sol); algo similar al Cielo en otras religiones. Segundo, los sacrificados eran anestesiados, de tal forma que sintieran el menor dolor posible, así que queda descartado que los antiguos mexicanos ‘disfrutaban’ sacrificar. Y tercero, el tan citado ‘canibalismo’, era muy poco frecuente. Sólo los nobles, en fechas muy específicas del año, y bajo contextos muy especiales, comían la carne de los cautivos de guerra. No era la base de la alimentación mexihcatl ni mucho menos.

Una vez entendiendo ese complejo contexto, parece plausible la acción de sacrificar seres humanos entre los antiguos mexicanos. Entonces, ¿Por qué los grupos de danzantes detestan esta idea?

La respuesta es muy sencilla: Porque ellos ven al sacrificio humano desde una perspectiva actual, moderna, a veces desde una óptica católica (sin ofender a los católicos; yo mismo profeso esta religión). Sí, actualmente alguien que sacrificara humanos o se los comiera sería calificado como un criminal, demente, psicópata e inhumano. Y para los danzantes no es concebible que una cultura tan avanzada como los mexihcah, hicieran sacrificios humanos.

Pero eso es ahora. Hace 500 años, esto era mandato divino. Los dioses necesitaban alimento, y ese alimento era la sangre humana. Por lo tanto, había que hacer sacrificios o sencillamente el sol no volvería a salir, y eso acabaría con la vida en la Tierra.

El propósito de este breve artículo es entender un poco la compleja cosmovisión mesoamericana, y que no juzguemos mal a los antiguos mexicanos por sacrificar humanos, porque a su manera de ver el mundo, esto era lo correcto. Ellos no mataban por placer como los soldados actuales, ellos sacrificaban porque era necesario, debían hacerlo para que sus dioses (y por ende su mundo) siguieran existiendo. El no aceptar esta realidad significa desinformarse, significaría rechazar a nuestra cultura madre.

Para consultar:
López Luján, Alfredo. 2010. El sacrificio humano en la tradición religiosa mesoamericana. INAH

González Torres, Yolotl. 2006. El sacrificio humano entre los mexicas. FCE

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