viernes, 17 de junio de 2016

El penacho de Moteczuma Xocoyotzin

Esa historia la conoce la mayoría de los mexicanos: Los austriacos, en un intento de vengar la muerte de su amado noble Maximiliano de Habsburgo, consiguieron tener en su posesión un ícono nacional, el penacho de nuestro tlahtoanitl Motecuhzoma (también puede escribirse MoteczumaXocoyotzin; en diversas ocasiones el gobierno ha solicitado que se regrese ese penacho a México, y los austriacos siempre han dicho que no. Afortunadamente para algunos, las investigaciones han puesto en duda que el penacho que tienen en Austria haya sido realmente de Moteczuma, ¿Por qué?

¿Qué es/era un penacho? Biológicamente, es un conjunto de plumas que poseen algunas aves y les sirve para atraer pareja o comunicarse con los de su especie. Sin embargo, en el caso que nos atañe el penacho era un símbolo de autoridad de un tlahtoquetl. Un penacho es un objeto de gran valor porque está hecho de plumas de quetzaltototlchalchiuhtli (jade), xihuitl (turquesa), y sí, desde luego algo de cozticteocuitlatl (oro). Su equivalente actual sería como una corona.

Pues bien, cuando el gran señor que se enfurece (Moteczuma) llegó al poder en 1502, Mexihco Tenochtitlan era una ciudad inmensamente rica, debido a que los mexihcah tenían sometidos a más de 360 pueblos tributarios, de tal forma que cada 20 días llegaban enormes cargamentos de cacahuatl (cacao), oro en polvo, plumas de quetzaltototl, pieles de ocelotl (jaguar), de mazatl (venado), vestimentas de alta calidad, águilas vivas, cajas grandísimas de centli (maíz), etl (frijol), chilli(chile), xictomatl (jitomates), cautivos de guerra, escudos, itztli (obsidiana), jade y turquesas (entre otras cosas). Toda esta riqueza permitió a Moteczuma llevar una vida más ostentosa que cualquiera de sus predecesores tlahtoqui, tenía un estilo de vida al nivel de cualquier rey europeo. Se tiene bien documentado que no usaba la misma prenda de vestir dos veces, se bañaba 4 veces al día, y cuando quería comer pescado, un grupo de corredores (los painanih) iban desde Chalchiuhcueyehcan (actual Veracruz) hasta Mexihco lo más rápido que podían para que el Tlahtoani tuviera el pescado listo para el almuerzo. Además de que los platos y cubiertos con los que comía eran de altísima calidad, fabricados por artesanos con la mejor cerámica de mesoamérica.

Dicho todo esto ya no sorprende que Moteczuma hubiese tenido no uno, sino varios penachos ostentosos para uso personal. Como dato adicional para entender el lujo de un penacho, éstos llevaban 400 plumas largas de quetzal, y un quetzal crea sólo una de esas plumas en toda su vida. Es decir, necesitamos 400 quetzales diferentes para hacer un penacho, algo que hoy en día es imposible porque esta hermosa ave está en peligro de desaparecer. Y el tlahtoanitl de Mexihco tenía varios.

Pues bien, entre lo que robó Cortés y su gente efectivamente se encontraba un penacho, pero como éste no tenía tanto oro, le dieron poca o nada de importancia, hasta el hecho de que se desconoció por años la ubicación del mismo. El penacho reapareció mágicamente en Austria y los austriacos se regocijan de poseer una reliquia mexicana de ese nivel. Pero como dijimos al inicio, al parecer esto no es verdad. Y las razones son las siguientes:

1.- Un penacho es un objeto sumamente delicado. Las plumas de quetzal ni siquiera se pueden tocar con los dedos, ya que la grasa de nuestra piel daña la pluma y la descompone para siempre. ¿Los españoles sabían esto? Difícilmente. ¿Cómo podría resistir un penacho tanto ajetreo (ser llevado en barco, quedar abandonado en un rincón por décadas, ser tocado por tantas manos)?

2.- Las investigaciones han puesto en duda que ese objeto en Austria sea de la época colonial, al parecer es más reciente, por lo que no puede ser de Moteczuma.

3.- Otras investigaciones han determinado que el objeto que tienen los austriacos ni siquiera es un penacho, por la forma que tiene.

Si es que quedó algo de ese penacho, fue hace mucho, ya que actualmente sería un montón plumas totalmente descompuestas; en teoría ya no existe.

En resumen, el objeto que los austriacos dicen que es “el penacho de Moteczuma“ tiene muy pocas o nulas probabilidades de serlo, ya que ni por la forma, ni por la edad, ni por los cuidados especiales que debió tener, pasa las pruebas. Es más importante buscar recuperar reliquias reales, como los códices o esculturas de piedra.

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