En la historia de Mesoamérica,
sobresale en gran medida la cultura mexihcatl.
En el panorama local y mundial, pocas civilizaciones llegaron a extender sus
dominios tanto como el pueblo del sol. En su apogeo, los mexihcah tenían sometidos
a más de 360 pueblos (esta cifra varía respecto a la fuente que se consulte).
Cada pueblo debía dar un tributo, a veces simbólico, a veces muy caro y a
veces, era tan ridículamente escueto, que los costos de transporte eran mayores
que la ofrenda en sí. Pero eso lo hacían los mexihcah a propósito para molestar
a sus vasallos y a su economía.
Es incuestionable que Mexihco era la ciudad más imponente de
Mesoamérica. Sin embargo, hubo 3 pueblos, sólo 3, que nunca cayeron ante el
dominio tenochcatl. Los
purépechas, los tlaxcaltecah y los yopes son conocidos por ser las
únicas naciones independientes que quedaban a la llegada de los europeos. Cada
uno de ellos, en diferentes circunstancias, supo repeler los constantes
intentos de los mexihtin por conquistarlos.
Purépechas. Los habitantes de Michhuahcan (Michoacán) contaban con gran poder en
el siglo XV. Su sapiencia y habilidades para la guerra quedaron manifiestas
cuando aproximadamente en 1480 (un poco antes) hubo una invasión del poderoso
ejército liderado por el tlahtoani Axayacatl y por el legendario Cihuacoatl mexicano Tlacaeleltzin. El ejército
purépecha era mucho menor (quizá menos de la mitad del tamaño del mexicano), aun
así resistieron el ataque, atraparon cientos de prisioneros y mataron a miles
de mexihcah. Los mexicanos, literalmente, huyeron de la batalla para
salvar sus vidas. Fue la única derrota que sufrió Tlacaelel en su vida. Se
atribuye esta derrota a 2 factores: 1) Los purépechas tenían un profundo odio a
los mexihcah, por lo que al combatir con ellos se esforzaban más que contra
cualquier otro pueblo 2) Los purépechas, en esa época, ya comenzaban a manejar
armas de metal (en específico cobre), las cuales les daban una gran ventaja respecto
al macuahuitl que eran de madera y obsidiana.
Tlaxcaltecah. Los acérrimos
rivales de los mexihcah. Incluso se sabe que se insultaban unos a otros
llamándose 'perros'. Los tlaxcaltecah eran buenos guerreros, en buena medida
porque tenían sangre otomí. Los otomíes eran reconocidos en todo Mesoamérica
por ser guerreros muy buenos y muy bravos, jamás se escondían en una batalla. A
pesar de ello, no tenían material humano suficiente para vencer a los mexihcah.
Entonces, ¿Por qué permanecieron independientes? Básicamente porque Mexihco así
lo quiso. Al tenerlos tan cerca, eran el blanco ideal para conseguir víctimas
para sacrificios sin tener que viajar tanto. Además, los soldados nuevos podían
entrenar combatiendo tlaxcaltecah. Aunque suene feo, la teoría más congruente
señala que los tlaxcaltecah eran los 'sparrings' de los mexicas.
Yopes. Los yopes eran un pueblo
muy bueno para la guerra. Su especialidad eran el arco y la flecha. Eso, aunado
al inestable territorio que habitaban (hoy Guerrero) les proporcionó una gran
ventaja contra mexihcah y purépechas. A los niños, cuando cumplían los 7 años,
les daban un arco y flechas para que salieran a cazar su propia comida (así los
entrenaban desde pequeños). Pudieron resistir ataques de ambos, y no sólo eso,
sino que también lograron ganarles un poco de territorio. Llegaron a ser
respetados por los mexihcah a tal grado que los jefes yopes eran invitados a fiestas
en Tenochtitlan. Desgraciadamente, la pobreza y la indiferencia del gobierno
por ayudarlos ha llevado a esta formidable cultura a la extinción.
Como ven, por diferentes
contextos, estos pueblos fueron los únicos independientes de Mexihco. Su habilidad
para la guerra ha llevado a suponer que, si estas 3 civilizaciones y los
mexihcah se hubieran aliado, habrían vencido muy fácilmente a los españoles,
con todo y los 360 pueblos sometidos a favor de los gachupines.
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