sábado, 18 de junio de 2016

La fundación de Tenochtitlan. ¿Hubo una serpiente en aquella historia?

La historia sobre la fundación de México-Tenochtitlan es una mezcla de verdad y mito. No hay un convenio sobre qué o cómo ocurrió exactamente para que esto sucediera. Aun así, hay algunas imprecisiones históricas que deben ser refutadas. Una de ellas es la que indica que: “Y luego los aztecas vieron un águila parada sobre un nopal, devorando una serpiente, y allí fundaron ‘Tenochtitlán’ porque eso les dijo su dios Huitzilopochtli “. Esa es la historia que a todo mundo le cuentan en la primaria, por ahí del cuarto año. Pero esto es una gran mentira. No hay ninguna prueba de que un águila estuviera devorando una serpiente aquella mañana de 1325.

Sí hay, en cambio, evidencia de que Huitzilopochtli sí guiaba a los mexihcah (códice Boturini), sí es cierto que ellos buscaban una señal de él, y sí es cierto que vieron un águila parada sobre un nopal. Pero no vieron nunca una serpiente.

Lo que en realidad pasó hace más de 689 años fue que los mexihcah, quienes ya llevaban siglos peregrinando, al fin encontraron el lugar prometido por Huitzilopochtli. Recordemos que los mexihcah eran un pueblo pesquero de Aztlan (lugar de garzas) (por eso se llamaban aztecas), y eran tributarios de un pueblo más grande. A fin de dejar de pagar tributos y buscar una tierra propia, los aztecas salen de Aztlan y se van a buscar una tierra para ellos (para más información del trayecto consulten Crónica Mexicana, de Alvarado Tezozomoc), siempre guiados y protegidos por Huitzilopochtli, su dios tutelar, y que curiosamente sólo ellos adoraban. En Mesoamérica muchos pueblos compartían creencias en los mismos dioses, pero Huitzilopochtli sólo era adorado por los aztecas. Cuando de pronto los aztecas se querían quedar en algún lugar, Huitzilopochtli les hablaba, les recordaba que ese no era su lugar y que debían seguir buscando.

Cuando ya estaban en el valle de México, a punto de llegar al sitio prometido por su dios, éste se transformó en águila, y devoró un ave más pequeña (se cree que se trataba de un faisán). Eso fue lo que vieron los mexihcah al llegar al lugar que sería el centro de Tenochtitlan. La imagen de la nota representaría la verdadera escena de la fundación de Mexihco-Tenochtitlan.
Por un momento reflexionemos ¿Por qué iba a devorar el águila a una serpiente, si la serpiente es la imagen de otro dios mexihcatl (Quetzalcoatl)? No sería congruente. Quetzalcoatl estaba en un nivel casi igual a Huitzilopochtli (también llamado Mexihtli), por lo que no es lógico que esa escena tuviera lugar.

Entonces, la pregunta obligada es ¿De dónde surgió el cuento del águila devorando la serpiente? La respuesta: Religión. Frailes. Los españoles, en su incansable intento de evangelizar a los indígenas, en su inútil esfuerzo por quitarles a los nativos su dios, Tloqueh Nahuaqueh, e imponer uno nuevo, decidieron reconstruir la leyenda con esa serpiente, porque en el contexto católico, la serpiente es el diablo. Que el águila comiera una serpiente simbolizaba el triunfo del pueblo de Nueva España sobre el pecado mortal, simboliza el triunfo del catolicismo en este Nuevo Mundo.

Ahora bien, muchos podrán decir en este punto ¿Qué tiene de malo cambiar una presa por otra? Pues mucho, ya que esa mentira hecha por los españoles trascendió en el tiempo. ¡Hoy en día ese mito es ni más ni menos, nuestro escudo nacional! De ese tamaño es la problemática. Nuestro escudo está basado, tristemente, en un invento español para evangelizar al pueblo. Valdría mucho la pena difundir el dato, conocer más de nuestra cultura y quien sabe, tal vez algún lejano día en el futuro la imagen del escudo sea corregida.

Ma totahtzin anmechmopieli (Que nuestro venerable padre los cuide)

- Achcauhtli -

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